«Aun tengo esperanza…» por Javier Abinzano

Hacía tiempo que no sabiamos de él, pero vuelve a aparecer en escena, el que fuera Presidente del BM Benidorm durante muchos, el empresario navarro afincado en Benidorm Javier Abinzano. Que hoy tenemos el gusto de publicar una de las reflexiones que tiene él sobre el futuro del equipo de balonmano de nuestra ciudad

Con la mejor de mis intenciones y por si sirve de algo, ahí va mi reflexión

AUN TENGO ESPERANZA…

Al balonmano español en general y al de la máxima categoría masculina en particular no le hacen falta enemigos, nos bastamos nosotros mismos para hacernos daño e impedir recuperar el esplendor que un día tuvo a nivel de popularidad y reconocimiento general y que, por desgracia, lleva años de baja. No podemos seguir en esa lucha fratricida entre ASOBAL y la RFEBM. Es un disparate y le hace mucho daño a nuestro deporte.

La profesionalización de la Liga de División de Honor masculina, la liga PLENITUDE ASOBAL en la actualidad, es algo bueno y necesario en estos tiempos de cara a la expansión y modernización si queremos un crecimiento como deporte y reconquistar el favor popular que un día tuvo el balonmano y que en la actualidad sí disfruta en otros países vecinos.

Ni debemos ni podemos compararnos con el fútbol, es obvio, pero para mí los pasos dados son, como he dicho, necesarios, aunque hemos fallado en las formas. Se trabajó sin contar apenas con la Federación y no se dispuso de su apoyo, comprensión y sus posibles aportaciones. Y eso es un debe del que todos, y digo TODOS, somos responsables en mayor o menor medida.

Y fallamos en el tiempo, pues debimos establecer algo fundamental, como disponer de un plan estratégico de verdad, con profesionales en la dirección, que los hay con mucha experiencia, y marcarnos un plazo mínimo de tres años en la búsqueda final de lo que todos deseamos, que es profesionalizar el balonmano de ALTO NIVEL.

RFEBM y ASOBAL viven peleados permanentemente.

«Padre e hijo» solo se comunican a base de disputas, de peleas, de burofaxes, de escritos, de declaraciones en prensa y de desplantes en uno y otro sentido. Se ven como enemigos y al final el gran damnificado es el propio balonmano para sonrojo y tristeza de todos a los que nos gusta este deporte.

He sido miembro de la Comisión Delegada de la RFEBM y miembro como Presidente de club de ASOBAL y he expresado siempre mi opinión en ambos foros, donde creía y creo que tenía que hacerlo. Como deportista, sé que los problemas de un equipo se hablan, se discuten y se defienden en el vestuario y a puerta cerrada si se quiere buscar una solución y no debilitar al equipo. Y en este caso el equipo se llama Balonmano.

Ahora estoy en la reserva, soy un ex, pero me duele ver que seguimos igual y va a ir a peor si no buscamos lo que nos une y el bien común de nuestro deporte. No sé cómo se puede llegar a ello, pero sí por dónde empezar. Y es bajando todo el mundo el tono y empezando a dialogar y a trabajar en común, en silencio, con buena Fe, que sé que en el fondo hay por ambas partes y, si es necesario, ceder espacio a otras personas en la mesa para desatascar la situación y buscar un nuevo comienzo. Crear un espacio de positividad y de entendimiento que es posible y, además, nos lo merecemos. El balonmano se lo merece y nunca se pierde excepto cuando no se hace todo lo necesario.

Quiero, con sus errores y aciertos, defender y agradecer a todos las directivas de todos los clubes y asociaciones que hacen posible su existencia. Mujeres y hombres que lo dan todo sin pedir nada a cambio en la mayoría de las ocasiones y recibiendo, solo en el mejor de los casos algún “gracias” de personas que sí valoran el esfuerzo.

Ellos son lo que hacen posible en su génesis que chicos y chicas puedan practicar un deporte federado para que podamos disfrutar después de sus logros.

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